Sobre el particular diversos autores señalaron lo
siguiente, cito: Paul Little (1967), "La ciencia es
incapaz de hacer juicios de valor acerca
de las cosas que mide… No existe nada en la ciencia misma
que determinara si la energía
nuclear será usada para destruir el cáncer
o ciudades (p. 105). Jacques Monod (1969) "la ciencia es
ignorante de los
valores" (p. 21) y finalmente Bales (1976) cuando
señaló que "El método
científico no puede probar que tenemos alguna
obligación de aceptar la verdad si la encontramos
desagradable, o mostrar por qué no deberíamos
aceptar la falsedad si podemos cambiarla para nuestra ventaja"
(p. 37).
El método
científico no está en capacidad de tratar con el
reino del propósito, pero sí con el mecanismo, vale
decir, con las relaciones causa efecto. Está limitado a
enseñarnos a comprender el cómo y no el por
qué funciona un determinado proceso.
Hawthorne (1960), al respecto señaló lo siguiente,
cito: "La ciencia nos puede dar el saber cómo, pero no nos
puede dar el saber por qué" (p. 4).
Ahora bien, una forma de evaluar las limitaciones que tiene la
investigación científica es
manifestando que, dado su naturaleza,
hay muchas cosas que la ciencia como conjunto de conocimientos
objetivos
sobre ciertas categorías de hechos, de objetos o de
fenómenos, que se basa en leyes
comprobables y en una metodología de investigación propia, no está
capacitada para entender; como por ejemplo: las emociones y
el amor y,
peor aún el origen de nuestra existencia y del universo. Por
consiguiente, el método científico está
limitado al presente, debido a que es el único lugar y
tiempo en el
cual los cinco sentidos descritos anteriormente operan, pues, el
pasado está más allá del dominio de dicho
método, prestándose a especulaciones. Para Wolthius
Enno (1963): "La ciencia busca explicar el funcionamiento de lo
que es, y chequear su explicación por vía de los
experimentos
solamente en el tiempo presente. (p. 50).
En este sentido, vale también señalar que, el
método científico trata con aquellas cosas que
tienen características universales, fiables, sin
tiempo y que son repetibles; las que de alguna manera no afiencen
entre ellas, estarán fuera del ámbito de la
ciencia. De igual forma, el método científico
está limitado por el hecho de que no puede tratar con lo
único. La ciencia es auto probativa y auto correctiva. La
ciencia, se basa en la observación, la comparación, la
conjetura y la experimentación. Sin embargo, la misma
tiene limitaciones, tal como se describe a
continuación:
De tipo físico: La atracción gravitatoria que
experimentan un protón y un neutrón en el interior
del núcleo atómico es tan pequeña, que
apenas se puede medir, resultando imposible experimentar con la
gravedad a nivel cuántico, lo que a su vez impide avanzar
en la búsqueda del conocimiento.
De tipo técnica y económica: Se necesita
disponer de la tecnología necesaria
para llevar a cabo un experimento. En los actuales momentos no se
dispone de la tecnología para reproducir las condiciones
altamente energéticas a los efectos de comprobar la
validez de la teoría
de cuerdas, como modelo fundamental de la
física que básicamente afirma que todos los
bloques de materia son en
realidad expresiones de un objeto básico unidimensional
extendido llamado cuerda o filamento. Algunas veces no se cuentan
con los fondos suficientes para llevar a cabo un experimento.
De tipo académico: Si no hay la suficiente capacidad de
adquirir los conocimientos adecuados, existirá una
limitante para avanzar en el campo de estudio de carácter científico; vale decir,
habrá dificultades para poner en práctica el
método científico a los efectos de estudiar el
medio ambiente
que nos rodea.
De tipo humano: La capacidad humana es limitada.
Existen teorías
y experimentos que no pueden desarrollarse sin la
colaboración de varios científicos que
diversifiquen el trabajo y
formen la sinergia
adecuada para lograr los objetivos de investigación
propuestos. Si no se logra consolidar el equipo adecuado, el
trabajo no
avanzará.
De tipo Social: La ciencia moderna, atraviesa una de las
limitaciones más importantes, debido a que lamentablemente
hacemos vida en una sociedad por
demás con características acientífica, pues
para nadie es un secreto que existe una gran brecha entre los
avances científicos y la población. Definitivamente los avances
científicos repercuten manera directa y notable en nuestra
calidad de
vida, pero, la valoración que tenemos de la ciencia
debemos cambiarla; ya que, la ciencia en cierta forma avanza en
una sociedad que no la comprende y que se acerca peligrosamente
al mundo de las pseudociencias, la cual Bunge Mario (2002),
definió de la manera siguiente, cito: "Es un montón
de macanas que se vende como ciencia. Ejemplos: alquimia,
astrología, comunismo
científico, caracteriología, creacionismo
científico, grafología, ufología,
parapsicología y psicoanálisis". Por consiguiente, se
evidencia que la pseudociencia es un término que da cuenta
de un conjunto de supuestos conocimientos, metodologías,
prácticas o creencias de carácter no científico, no obstante, reclaman
dicho carácter. Este concepto es
utilizado en los enfoques epistemológicos preocupados por
el criterio de
demarcación de la ciencia y tiene mayor consenso entre
las ciencias exactas y naturales.
LOS LÍMITES DE LA
EXPERIMENTACIÓN
Si analizamos momentáneamente la historia de la humanidad,
nos daremos cuenta que fue durante el transcurso del siglo XX,
donde se concretaron la mayor cantidad de avances
científicos como la energía nuclear, la carrera
espacial, los antibióticos, las tecnologías de
avanzada, el viaje a la luna, la búsqueda de vida en el
planeta Marte, la biología genética y
molecular; sin embargo, la manipulación genética
(clonación), como técnica fue el
más polémico, debido a que se utiliza para duplicar
organismos vivos, bien sea animales,
vegetales o seres humanos, como si se tratase de un simple
procedimiento
de sacar una copia fotostática a un documento, solo que,
dicha clonación es a partir de la célula
de un ser vivo, lográndose crear un organismo
idéntico al original, una copia, tal como sucedió
en el año 1996, con el experimento efectuado por el
científico de origen escocés, el Dr Wilmut Ian,
cuando nació la famosa oveja Dolly.
Sobre el particular el Dr. Torres José Luis (2005),
quien funge como Investigador Asociado del Instituto Nacional de
Perintología de México, en
su artículo denominado Clonación
terapéutica: un dilema bioético actual, publicado
en la revista
Scielo, es del siguiente criterio:
En 1997 la revista inglesa Nature por primera vez
publicó el nacimiento de la oveja Dolly, por medio de un
procedimiento llamado clonación artificial, lo cual
provocó una fuerte reacción en la sociedad, al cabo
que diversos personajes del mundo político como los ex
Presidentes Clinton de Estados Unidos y
Chirac de Francia, entre
otros; del mundo científico como el director de los
Institutos Nacionales de Salud de EEUU y en especial
del mundo religioso como el Papa Juan Pablo II, se opusieron a
este procedimiento. En la Ciudad del Vaticano se llevó a
cabo la III Asamblea General de la Pontificia Academia para la
Vida, en donde un grupo amplio
de profesionistas de diversos campos (biólogos,
médicos, filósofos y juristas) trabajaron para
redactar el llamado "Estatuto del Embrión Humano"
en donde concluyeron que: "…desde el punto de vista de la
biología, la formación, el desarrollo del
embrión, era un proceso continuo, coordinado y gradual que
se presentaba desde el momento de la fertilización y
durante el cual se constituía un nuevo organismo
humano".
De igual forma se pronunció la Comisión Nacional
de Bioética
de los Estados Unidos en su informe de 1997,
cuando recomendó que no se intentara la
clonación artificial humana en los siguientes cinco
años, y no antes de volver a evaluar la situación
científica y técnica del momento. La
recomendación se basó en la baja eficiencia que el
procedimiento había mostrado y por el gran número
de productos
deformes o monstruosos que se producían en los
experimentos y por la incertidumbre sobre las condiciones
necesarias para lograr que en el hombre, el
núcleo introducido en el óvulo inicie las
divisiones celulares y las regule de manera normal.
Sin embargo y en pleno segundo semestre del año 2008,
lo evidente es que tanto la manipulación genética
como la enigmática clonación humana, representa una
eminente y verdadera amenaza, pues en nuestra historia reciente
tenemos una mala y horrenda experiencia con el conocido
segregacionismo asesino planteado por el mito de la
"raza superior", embanderado por el nazismo en la
segunda guerra mundial,
que tantas victimas trajo.
Para la Dra. Isis de Landaeta, Presidenta del Centro Nacional
de Bioética de Venezuela, en
su artículo publicado en el Nacional de fecha 17/07/2008,
página 8, Ciencia y
Tecnología señaló lo siguiente, cito:
"Hay que proteger al ser humano de los abusos de la
tecnología… no existe una persona o ente
capaz de determinar qué es ético y qué no en
el campo de la
investigación médica, pero en definitiva deben
tratarse límites.
Para ella, la bioética es "una disciplina que
tiene que tratar con todos los problemas
surgidos de la excesiva tecnología aplicada al hombre,
especialmente cuando en esa aplicación se dejan de lado
los valores
humanos… hay que proteger a la gente de los abusos de
la tecnología y la discusión es justa y
necesaria".
CIENCIA
Antes de ahondar sobre las limitaciones de la ciencia, es de
importancia comprender su significado:
Según el diccionario
Larousse (2005): Se entiende por ciencia el conjunto de
conocimientos objetivos sobre ciertas categorías de
hechos, de objetos o de fenómenos, que se basa en leyes
comprobables y en una metodología de investigación
propia.
Popper, (1971, p 180) respecto a este concepto declara:
"La ciencia consiste en dar explicaciones satisfactorias de todo
aquello que nos parece precisar una explicación" y agrega:
"Por explicación (o explicación causal) se entiende
un conjunto de enunciados mediante los cuales se describe
el estado de
la cuestión a explicar (el explicandum) sirviéndose
para ello de otros, los enunciados explicativos, que constituyen
la "explicación en sentido estricto (el explicans del
explicandum).
Alexis González (1983, p15) señala que:
"la ciencia es el resultados concreto de la
actividad organizada de quienes hacen investigaciones
con fines al esclarecimiento de lo oculto dentro del aparente
caos o de lo realmente manifiesto de los fenómenos
naturales, síquicos, sociales o virtuales, para los
cuales, en un primer momento, no tenemos una respuesta obvia que
ofrecer".
Wartofsky (1975, p16) establece: "Experimentar,
descubrir, medir y observar. Ocuparse del como y del
porqué de las cosas, inventar técnicas y
herramientas,
proponer y disponer, hacer hipótesis y ensayar; hacerle preguntas a la
naturaleza y obtener repuestas; hacer conjeturas, refutar,
confirmar o no confirmar; separar lo verdadero de lo falso, lo
que tiene sentido de lo que no tiene; hacer lo que queremos
hacer, indicarnos como llegar a donde queremos llegar".
La ciencia no puede ir más allá de los
fenómenos, y consiste en la generalización de los
mismos bajo una ley uniforme. La
ciencia se ocupa sólo de fenómenos y descubrir los
hechos y las leyes que los gobiernan; pero todo lo que hace es
investigar la operación actual uniforme, allá donde
existe, de aquello que existe antes que surja la
indagación.
De los conceptos antes descritos, se desprende que la ciencia
es el
conocimiento sistematizado, debido a que esencialmente trata
de comprender los fenómenos y de arribar a probar en
esencia las verdades científicas, bajo la
aplicación de la investigación científica,
elaborado mediante observaciones y razonamientos
metódicamente organizados, que utiliza diferentes métodos y
técnicas para la adquisición y organización de conocimientos sobre la
estructura de
un conjunto de hechos objetivos y accesibles a varios
observadores.
La ciencia busca la verdad; vale decir, busca afirmar la buena
correspondencia que existe entre la realidad y las ideas que nos
hacemos de ella. En definitiva, la función
central de la ciencia es descubrir la verdad, aunque no sea
visible o vaya contra el sentido común, como lo es:
describir y categorizar los fenómenos, explicarlos en base
a leyes o principios lo
más simples posibles y tal vez predecirlos. La
aplicación de esos métodos y conocimientos conduce
a la generación de más conocimiento objetivo en
forma de predicciones concretas, cuantitativas y comprobables
referidas a hechos observables pasados, presentes y futuros.
El prestigio de la ciencia como garantía inexacta de la
verdad en lo que se dice es muy valiosa, debido a que la ciencia
no admite ambiguedades, pues lo que ya ha sido demostrado
científicamente como verdadero es contundentemente cierto,
se demuestra con facilidad, debido a que es posible confirmar que
las predicciones hechas a partir de ellas se cumplen. En fin, la
ciencia es algo más que hacer descubrimientos. La ciencia
es una actividad humana creativa cuyo objetivo es la
comprensión de la naturaleza y cuyo producto es el
conocimiento.
IMPLICACIONES DE LA
CIENCIA
En realidad, no es nuevo el pensamiento
que se tiene sobre la ciencia, respecto al cumplimiento y alcance
que se espera de ella. Desde hace más de tres siglos
cuando el astrónomo, filósofo y matemático,
Galileo Galilei
introdujo en la física el ya conocido
método experimental, se viene evidenciando que la ciencia
ha crecido de manera irregular, no sólo en las ciencia
denominadas exactas como la astronomía, la química y la
física; sino también en las ciencias
sociales como la psicología, sociología y la antropología, entre otras. De igual forma,
en las ciencias
biológicas, pero con menor ahínco cuando fue
igualmente incluido el método experimental en la
biología por Harvey William, médico a quien se le
acreditó ser la primera persona en describir correctamente
las propiedades de la sangre al ser
distribuidas por todo el cuerpo.
Si nos ponemos a evaluar la historia y por supuesto la
actualidad, lamentablemente observamos que la ciencia ha
producido un mundo por demás infeliz, pues a pesar de los
avances en la medicina por
ejemplo, que si bien es cierto a salvado vidas, seguimos teniendo
irritantes y sorprendentes genocidios producto de las guerras dado
la aplicación malsanas de las técnicas
científicas de exterminio. Esto sin dejar de contar la
explotación y contaminación de nuestra ecología que
día a día de manera inconsciente y acelerada
estamos destruyendo y que para muchos expertos como Fedorov
Eugueny (1966), según correo de la UNESCO, es del criterio
siguiente: "En el momento actual no hay casi ningún
elemento al que no se le haya encontrado aplicación
práctica… La explotación de los numerosos
recursos
está llevada a un ritmo tal que por momentos cabe
inquietarse sobre la posibilidad de que se agoten.
En ciertas regiones del mundo se ha comprobado ya una penuria
de agua
potable".
Si a lo anterior, le añadimos que en la actualidad
seguimos teniendo crisis
económicas graves, como el caso del incremento de los
precios
internacionales y la escasez de los
alimentos, que
aún la ciencia económica no ha dado respuestas
concretas y por supuesto muchos economistas no comprenden,
de allí que persista la acusación del fracaso para
muchos de ciencia, dado su participación fundamental en la
aparente inminencia de destrucción que amenaza a la
humanidad y a naciones enteras. En definitiva y dado lo
expuesto, la ciencia a tenido sus grandes avances, pero
indudablemente su aplicación a mostrado verdaderos
signos de
incompetencia para generar un mundo más respetuoso de la
vida humana, de la integridad del medio ambiente; vale
decir, un mundo menos competitivo, menos violento, con menos
problemas, a ciencia cierta, necesitamos un mundo que sea
más conducente a la nobleza de los sentimientos y a la
elevación del espíritu, de la fraternidad para el
bien de todos.
Finalmente, es importante resaltar que con la génesis
de la ciencia, se empezó a generar conocimientos sobre
nuestra realidad; vale decir, el hombre como creador de ciencia,
empezó a conocerse mejor, pero también y de manera
perjudicial pronto comenzó con el conocimiento creciente
de las distintas fuerzas existentes aumentando su poder hasta
llegar no sólo a controlar aspectos como las
energías hidráulica, calórica, mecánica, eléctrica y solar, sino
también, la energía nuclear, que tal como se
señaló y es evidente, se ha utilizado con fines
destructivos.
LIMITACIONES
DE LA CIENCIA
El ser humano por naturaleza busca la explicación de lo
que suele suceder a su alrededor; vale decir, busca, desea y
quiere conocer y tener una explicación de la realidad que
la afecta, en el medio ambiente donde se desenvuelve. No
obstante, se observa que la ciencia se encuentra atrapada en una
evidente entropía, en una endogamia, en un lenguaje
técnico que no entiende el ciudadano normal y corriente.
No lográndose la verdadera simbiosis entre ciencia y
población. Visto esto, al parecer el problema no es la
ciencia, sino más bien la pseudociencia, debido a que la
sociedad acepta sus explicaciones por demás inteligibles,
más sencillas, más directas, aunque también
más erróneas. Para Moore John N. (1973). "La
sociedad moderna carece de capacidad crítica, de un sentido del escepticismo que
le haga plantearse si los mensajes que recibe de las
pseudociencias, concepto ampliamente descritos como se
refirió y que evidentemente son engañosos. Y ello
se traduce en un aislamiento de la ciencia que, a la larga, acaba
suponiéndole una grave limitación.
Con el desarrollo del capitalismo la
ciencia moderna adquirió un gran impulso,
evidenciándose en beneficios parciales para la humanidad.
Para nadie es un secreto que con el avance capitalista
paradójicamente se ha impedido el avance de la ciencia, ya
que han surgido descubrimientos que evidentemente han demostrado
ser perjudiciales, como por ejemplo el uso de la energía
nuclear con fines destructivos, cuyas consecuencias mortales
están íntimamente vinculadas con los valores
asociados a los científicos y por ende a la irracionalidad
del capitalismo. Varsavskyn (1972), afirmó al
respecto lo siguiente, cito: "Se generan algunos logros puntuales
que benefician al conjunto… en ocasiones los criterios de
las clases dominantes producen espacios para el beneficio
colectivo, aunque el fin perseguido sea una maximización
del beneficio acotado a esos grupos
minoritarios".
Sin la ciencia, la humanidad se encontraría
acéfala o en total abandono para resolver la infinidad de
problemas que la aquejan. La ciencia, está condicionada a
la postura adoptada por cada científico, los prejuicios
y el contexto histórico social; día a
día se ve amenazada y mermada por la competencia
individual, la persecución enfermiza del prestigio, el
éxito y
el ejercicio profesional atado al lucro y los fuertes intereses
económicos encuadrados a través de las patentes. De
allí que sea necesario que los científicos se
expongan a un tribunal de certificación; ya que
sería la única instancia en que las
hipótesis
formuladas logren ser validadas o no con autoridad; a
los efectos de la búsqueda de su transformación en
conocimiento
científico.
No es lógico aseverar que todo conocimiento gestado
dentro del campo científico sea definitivo, lo que si es
lógico es considerar que está al margen de
cualquier sospecha sobre posibles condicionantes. Para Varsavsky
Oscar (1972): "La misión del
científico rebelde es estudiar con toda seriedad y usando
todas las armas de la
ciencia los problemas del cambio de
sistema social,
en todas sus etapas y en todos sus aspectos, teóricos y
prácticos".
Las sospechas son lógicas dados los acontecimientos que
se han presentado, como por ejemplo, el enfrentamiento surgido
para el año 1984, entre Gallo Robert de EEUU y Montagnier
Luc de Francia, respecto al descubrimiento del virus del
SIDA. De igual
forma, cuando coreano Hwang Woo Suk, falsificó sus
estudios sobre la clonación de células
madre; así como también, Jon Subdo
(2004-2005), científico noruego, quien confesó
haber falsificado estudios sobre cáncer de boca a los
efectos de ganar reconocimiento.
Estas historias son las que reflejan los obstáculos que
enfrenta el desarrollo de la ciencia, los cuales evidentemente
están condicionados por factores gestados en el contexto
competitivo, cuya intención es mejorar el posicionamiento
de competidores, en vez de investigadores, preocupados más
por el prestigio y sus consecuencias materiales,
que por el desarrollo de la ciencia en beneficio de la
sociedad.
En un artículo publicado en el Nacional de fecha
17/07/2008, página 8, de la sección Ciencia y
Ambiente, denominado el virus del SIDA tiene un talón de
Aquiles, se aprecia lo siguiente, cito: "Los científicos
de la Universidad de
Texas Sudhir Paul, Yasuhiro Nishiyama y Stephanie Planque,
encontraron el talón de Aquiles del virus del SIDA en una
parte de la proteína que lo recubre, esencial para el
desarrollo del virus en las células a
las que ataca… es un pequeño tramo entre los
aminoácidos 421-433 de la proteína gp 120, que
envuelve al virus de inmunodeficiencia humana… El equipo
médico fue capaz de fragmentar la proteína y
destruir el tramo de aminoácidos que actúa como
cerebro y
engaña al organismo, algo que será muy útil
en el tratamiento y la prevención de la enfermedad"
Sin embargo y en definitiva las limitaciones de la ciencia la
podemos resumir de la manera siguiente: a la ciencia la realizan
seres humanos, por tanto es sujeto de error. La misma forma de
utilizar el método científico o de interpretar los
resultados puede llevar a error. Al ser un proceso muy
dinámico, su validez puede ser cuestionable, debido a que
lo que hoy es cierto ayer era otra cosa. Pueden manipularse los
resultados para obtener algún fin y no siempre es
accesible a todos.
CONCLUSIONES
A la ciencia le corresponde su lugar en la sociedad, pero no
como si fuera una lumbrera infalible. Tal como se
manifestó en el transcurso del escrito, no hay que
negar los logros de la ciencia sobre la humanidad, pero no
debemos olvidar que los científicos son humanos. Por
consiguiente, no son inmunes a las tentaciones de ningún
tipo, sobre todo de corrupción, de ética, y
de bioética; de allí que sus motivos no son siempre
nobles. Por consiguiente, no debemos olvidar que la ciencia es
únicamente un medio que el hombre utiliza a los efectos de
obtener conocimientos; pero una cosa también es cierta,
los fines a los que estos conocimientos se aplican no
están determinados por el instrumento que sirvió
para obtenerla. La ciencia está ahí para cumplir
con nuestros deseos, pero no es responsable de ellos, dado que si
pensamos por un instante, nos damos cuenta de que el mismo veneno
que sirve para exterminar a ciertos animales que causan
enfermedades
epidémicas como las ratas, también sirve para
envenenar al hombre. Pero lo que no debemos perder de vista es
que el veneno en sí no es por sí solo el que toma
la decisión de a quién envenenar y destruir, todo
lo contrario el ser que hace ciencia, el ser humano,
evidentemente sí es el responsables del resultado de su
aplicación, puesto que él decide con libertad
absoluta lo que va a hacer y hace una vez generada la información científica.
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Wolthius, Enno (1963), Science, God & You
(Grand Rapids, MI: Baker).
Autor:
Lic. Campos C. Gustavo E.
Lic. en Administrador
Comercial y Especialista en Gerencia de
Recursos Humanos
Universidad Central de Venezuela.
Facultad de Ciencias, Económicas y Sociales.
Postgrado en Gestión
de Investigación y Desarrollo.
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